viernes, 23 de agosto de 2013


Le clavó la mirada a Zarar, y este se convenció, un poco más, de que quizás, solo quizás, había sido una muy mala idea haberla hecho enojar de aquella forma. Los rumores seguían estado, y cada día cobraban más fuerzas. Él creía que solo un idiota no tendría cuidado al escucharlos, aunque no se supiera si era verdad o no, y él había sido un idiota. 

Todos decían que Rhae era como un demonio cuando corría. Y él acababa de ver a ese demonio con sus ojos clavado en los suyos. Esos ojos violetas que le decían que lo acabaría, lo convertiría en cenizas. 

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